El problema es que fomentamos la creatividad en los niños, tratando de potenciarla durante su infancia. Luego, cuando llegan a la escuela y van a la universidad, nos centramos en desarrollar sobre todo su pensamiento lógico, dejando a un lado la vertiente creativa. Y, finalmente, cuando llegan a la empresa, promovemos de nuevo la actitud creativa a través de distintas acciones formativas, saltando del pensamiento creativo al lógico y viceversa. No tiene mucho sentido.
Lo ideal sería trabajar el pensamiento lógico-creativo, el mismo que nos permite desarrollar ideas con potencial; ideas que son creativas -en el sentido novedoso del término-, pero que, además, -y esto es vital- se convierten en proyectos con sentido económico, técnico y comercial.
Las personas más creativas son aquellas que tienen lo que técnicamente se define como "androginia psicológica". El término se utiliza para definir a aquellas personas más creativas: hombres que tienen agudizado su lado femenino, con una fuerte conexión con las emociones, capaces de reconocer y gestionar sus emociones y las emociones de los demás, y mujeres con un sentido de auto-eficacia fuerte, que tienen claro lo que quieren y apuestan por ello. Animo a hombres y mujeres a cultivar y explotar esta capacidad. (Sonrisa).