Yo no tengo el rollito emprendedor, no tengo ese discurso, aunque sea trabajador y curioso, pero no tengo la idea de ir empezando empresas continuamente. No veo sentido hacer planes a más de dos años vista.
Eso sí, me gustaría tener muchas vidas para hacer diferentes cosas. Por ejemplo, también me interesa muchísimo la educación, que aún es un sector muy conservador, y me parece que la intersección entre ésta y la tecnología es un mundo lleno de posibilidades de innovación. Me siento muy identificado con el proyecto educativo: Khan Academy, que propone “darle la vuelta” a la clase. Es decir, grabar primero las lecciones en vídeo para que los alumnos las vean en casa (pueden volver atrás, pararlo, tomar notas, preguntas, atender más) y después en el aula se trabajan los ejercicios con los profesores.
Al final, hay que estar donde se aporta valor y hay que estar vivo para ver la oportunidad.