En el MACBA se ha producido un cambio fundamental, un cambio tecnológico importantísimo, sobre todo a partir del 2010. El cambio tiene que ver, sobre todo, con la gestión del patrimonio inmaterial: el conocimiento.
El patrimonio inmaterial, toda esa inteligencia acumulada que posee un museo no es algo que se exhiba todos los días en sala, pero necesitamos ubicarlo en algún lugar para hacer efectiva la transferencia de conocimiento.
En general, los museos estamos muy preparados para transferir ese conocimiento in house, dentro del museo, pero ahora tenemos que prepararnos para transferirlo de forma permanente. Técnicamente, estábamos demasiado enfocados al producto, ahora debemos ser capaces de tener un enfoque mucho más orientado hacia el usuario. Y digo usuario por no decir público, porque el objetivo final pasa por trabajar para que nuestro usuario se convierta en público. Es un cambio complicado, nada fácil, sobre todo porque trabajamos desde el arte contemporáneo y tenemos que ser capaces de ofrecer pistas para que nuestro público pueda interpretar lo que está viendo, y esto no siempre es fácil.