Sobre todo, aligerando de manera progresiva. No puedes romper de golpe con toda esa serie de costumbres inculcadas por nuestra cultura y nuestra sociedad, pero si puedes hacerlo de forma progresiva. En mi caso, durante varios años he ido soltando lastre, eliminando de mi vida todo aquello que no me aportaba valor y dejando solo lo indispensable. De esta forma, ahora me siento mucho más ligero y puedo afrontar nuevos retos sin sentir la carga de muchas de las cosas, obligaciones y responsabilidades que vamos acumulando a lo largo de los años.