Emilio: Hoy en día sabemos más de neurociencia. Pero ¿aplicamos esos conocimientos a la hora de dar la clase a las 9 de la mañana? Ese es el tema.
Por ejemplo, la estructura organizativa es clave. Nosotros organizamos los espacios, los tiempos y a las personas de forma que nos permitan compartir entre los profesores experiencias con los alumnos y lo necesitamos así para llevar a cabo nuestro sistema de trabajo.
Otro ejemplo, tenemos espacios de trabajo donde van rotando los alumnos y organizamos los materiales de forma que aprendan a gestionar situaciones y conflictos: Si hay un grupo de seis niños que van a pintar, puedes ponerles un caballete y pintura para cada uno, o puedes darlos sólo dos para todos. En cada caso se generará una dinámica diferente. Por el contrario, cuando se tienen los pupitres mirando hacia el profesor, hay implícita una dinámica: “Aquí el jefe soy yo”.
Maribi: Nosotros trabajamos en grupos mezclando edades y creamos actividades con diferentes grados de profundización. El libro de texto lo utilizamos como recurso de apoyo y consulta. Es más complicado responder a la diversidad que uniformar, pero merece la pena el esfuerzo.
Emilio: ¿Dime un ámbito en la vida donde no haya mezcla de edades? El aula es el único. Y eso no debe ser así. En la escuela se tiene que aprender como lo hacemos en la vida real.