En el marco de la educación superior podríamos concretar esta revolución en tres puntos.
Por un lado, la metodología de aprender a base de la práctica y la aplicación,
learning by doing.
Por otro lado, se trata de un modelo 100% integrado en la realidad cotidiana, es decir, no estamos cerrados en unas aulas preparando personas para que después de 4 o 5 años puedan desenvolverse en un entorno de trabajo predefinido, sino que desde el día 1 estamos en contacto directo con el mundo profesional aprendiendo y emprendiendo con otros. Por esto no tenemos aulas, tenemos oficinas dentro de espacios de coworking, en constante contacto con la realidad, la calle, los clientes, los eventos, etc. Entendemos la ciudad y el mundo como ecosistemas de aprendizaje con los que interactuamos y viajamos largas temporadas a diferentes continentes.
Y finalmente, la metodología que utilizamos está basada en el equipo.